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SS. Pedro y Pablo

Qué le responderíamos a Jesús si hoy nos preguntara: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? / Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer M ateo 16, 13-19 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en

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La Eucaristía deleita

La Eucaristía deleita: Muchas almas pierden el deleite actual de la Eucaristía... ¡porque están distraídas en Misa o en la Adoración!Autor: www.iveargentina.org
“¡Comed, amigos, bebed, oh queridos, embriagaos!” (Cant 5, 1). Santo Tomás aplica este versículo del Cantar de los Cantares a la Eucaristía. 

Este es uno de los efectos de la Eucaristía: DELEITAR. (“Delectat”, dice Santo Tomás). Así como la comida material deleita al cuerpo, este manjar espiritual deleita al alma. 

Por eso: “¡Comed, amigos, bebed, oh queridos, embriagaos!” (Cant 5, 1). 

Este sacramento da espiritualmente la gracia junto con la caridad. De ahí que San Juan Damasceno lo compara con el carbón encendido que vio el profeta Isaías: “Como el carbón no es simple leña, sino leña con fuego, así el pan de la comunión no es pan corriente, sino pan unido a la divinidad”. 

¡Oh cosa milagrosa! 
“¡Comed, amigos, bebed, oh queridos, embriagaos!” (Cant 5, 1). 

Enseña San Gregorio Magno que: “el amor de Dios no está ocioso, sino que, teniéndolo, obra cosas grandes”, se sigue que este sacramento tiene de suyo eficacia, no sólo para dar el hábito de la gracia y de la virtud -en especial de la caridad-, sino también para excitar el acto de la caridad, porque como dice San Pablo “el amor de Cristo nos apremia” (2 Cor 5, 14). Con el amor de Cristo “el alma se fortalece, espiritualmente se deleita y de algún modo se embriaga con la dulzura de la divina bondad” enseña Santo Tomás. 

El alma... “¡se deleita y de algún modo se embriaga!” 

De ahí que: “¡Comed, amigos, bebed, oh queridos, embriagaos!” (Cant 5, 1). 

Por eso exclamamos en el “Anima Christi”: “sangre de Cristo, ¡embriáganos!”. 


¡Oh cosa milagrosa! 

A este deleite llama Santo Tomás efecto actual o caridad actual y, también fervor, porque implica actualidad y actualidad tensa. La gracia de la Eucaristía, que los teólogos llaman gracia cibativa, entre otras cosas produce en acto el sustentar la vida espiritual, el aumentarla, el desarrollarla, el reparar las fuerzas que se pierden, dando mayor gracia y mayor caridad habituales. Pero más allá de la actualidad del hábito está la actualidad del acto en el que prorrumpe el hábito poseído. La Eucaristía produce en las almas el amor a Dios. Por eso cuando estamos en la Misa amamos más; por eso la Misa nos hace bien, porque nos enseña a amar más al prójimo al enseñarnos a amar más a Dios. 

También se le llama gozo a este deleite que produce la Eucaristía, porque proviene de la percepción actual del bien que se posee -¡nada menos que Cristo!-, para lo cual no debe haber distracción en la recepción -sacramental o espiritual- de la Eucaristía. Muchas almas pierden el deleite actual de la Eucaristía... ¡porque están distraídas en Misa o en la Adoración! ¡Deja de lado las tontas distracciones!:“¡Comed, amigos, bebed, oh queridos, embriagaos!” (Cant 5, 1). 

El deleite que produce la Eucaristía no es necesariamente sensible, ni de un afecto sensible tampoco. Se trata de un gozo espiritual, de un gozo profundo del alma, de un gozo sobrenatural que proviene de la apreciación del gran bien que se recibe: el Señor, ¡Jesucristo!, con todo lo que Él es y con todo lo que Él tiene. Por eso dice Don Miguel de Cervantes Savedra, en una poesía: 

¡Oh cosa milagrosa! 

El deleite consiste sustancialmente en la prontitud de la voluntad para las obras virtuosas de la vida cristiana. 

Además de las distracciones actuales, o sea en el momento de la comunión, ¿qué otras cosas impiden el deleite de la Eucaristía? Los pecados veniales. Las faltas veniales actuales impiden el efecto actual de la Eucaristía; no el habitual pero sí el actual. La dulzura espiritual es infalible por parte del sacramento, pero el afecto actual a las faltas veniales o la distracción actual en el momento de la Comunión -sacramental o espiritual-, impiden el efecto del gozo actual, del fervor espiritual, del deleite o del amor actual, que es todo lo mismo. 

"Comed, amigos, bebed, oh queridos, embriagaos!” (Cant 5, 1). 

Decía Urbano IV de la Eucaristía: memorial admirable y estupendo, deleitable, suave... en el cual se gusta todo deleite y toda suavidad de sabor y se paladea la misma dulzura de Dios...” Y León XIII: “derrama en (las almas) gozos dulcísimos, que exceden en mucho a cuanto los hombres puedan en este punto entender y ponderar”. 

Por eso: Amigos queridos, ”¡Comed, ... bebed, ...embriagaos!” (Cant 5, 1). 

¡Oh cosa milagrosa! 

Panem de coelo praestitisti eis. Omne delectamentum in se habentem. 

Nos diste, Señor, el pan del cielo. ¡Qué contiene en sí todo deleite!

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
precioso articulo, es en verdad maravilloso, un deleite recibir la EUCARISTIA
tuve una experiencia maravillosa al respecto, un dia estaba delante del sagrario, sola en la iglesia, orando sola con JESUS y le decia '' como quisiera SEÑOR, recibirte en este momento'' en un determinado momento aparecio una sra. que me dijo que era ministro de eucaristia y que iva a abrir el sagrario, luego de esto me pregunto '? usted quiere recibir la comunion''???? oh siiiii SEÑOR hizo una pequeña oracion conmigo y recibi a JESUS EN LA SAGRADA EUCARISTIA fue un momento maravilloso que vivo en mi por varios dias BENDITO SEAS SEÑOR

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