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SS. Pedro y Pablo

Qué le responderíamos a Jesús si hoy nos preguntara: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? / Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer M ateo 16, 13-19 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en

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Los actos humanos y la libertad - 1

Conciencia y libertad: Explicación de los actos humanos, sus elementos constitutivos y la libertad // Fuente: Catholic.net

El hombre posee una dignidad muy especial que le fue dada por Dios, es el dueño de la Creación. Es el único ser con inteligencia y voluntad, puede tener iniciativas y decidir como actuar. Dios quiso dejar que el hombre por propia decisión, (Catec. 1730), buscara a su Creador, para obtener la salvación libremente.

Los actos humanos
El hombre realiza muchas actividades de formas muy diversas., pero en cuanto se refiere a la moral sólo interesan algunas de estas actividades, sólo nos interesan aquellos actos de los que el hombre es responsable.


Los actos humanos son los que proceden de la voluntad deliberada del hombre. Es aquél que el hombre realiza consciente y libremente y del cual él es responsable. Lo realiza con conocimiento y libre voluntad. (Cfr. S.Th). Primero interviene el entendimiento, no se puede desear o querer algo que no se conoce. Es decir, con la razón el hombre conoce el objeto y delibera si puede o debe tender hacia él, o si no puede o no debe. Es un acto que el hombre conoce y quiere hacer. Una vez que lo conoce, la voluntad se inclina hacia él o lo rechaza por no ser conveniente.

El hombre es dueño de sus actos solamente cuando intervienen el conocimiento y la voluntad, lo que lo hace responsable de ellos. En este caso es que es posible una valoración moral.

No todos los actos del hombre son “humanos”, también pueden ser:
Meramente naturales, son aquellos en que el hombre no tiene control voluntario. Ej. La digestión, la respiración, la percepción visual o de los otros sentidos, la circulación, etc.
Actos del hombre, cuando falta el conocimiento (niños pequeños, distracción total, locura) o la voluntad (amenaza física) o ambas (el que duerme).

División del acto humano:
Bueno o lícito si esta de acuerdo con la ley moral. Ej. Dar limosna.
Malo o ilícito, si va en contra de la ley moral. Ej. Decir una mentira.
Indiferente, cuando no es ni bueno, ni malo. Ej. Hablar.

Los actos morales
El acto moral es el que el hombre ejecuta libremente y con advertencia de la norma moral. Es libre porque es un acto consciente y querido. En este caso se considera si es bueno o malo. La advertencia debe ser doble, conocer el acto en sí y su moralidad.
Los elementos constitutivos de un acto moral son la advertencia en la inteligencia y el consentimiento en la voluntad. La advertencia puede ser plena o semiplena. Ej.No es lo mismo lo que sucede estando despierto que estando dormido. Solamente los aspectos conocidos de la acción son morales. El conocimiento no debe ser únicamente teórico, hay que percibir la obligatoriedad moral que el acto conlleva.

Una vez conocido el acto debe ser voluntario, es decir, que haya posibilidad de actuar de otra forma. El consentimiento lleva a querer realizar el acto que se conoce, buscando un fin.

El acto voluntario puede ser perfecto o imperfecto, según sea con pleno o semipleno consentimiento. También puede ser directo e indirecto.
En este caso se trata de acto voluntario de doble efecto. En los casos de doble efecto es necesario que haya un fin bueno – voluntario directo – y puede haber un fin malo como consecuencia – voluntario indirecto – bajo ciertas condiciones. Nunca se justifica hacer un mal para obtener un bien. Ej. Mentir, jurar en falso, aunque al hacerlo se consiga un bien. El fin no justifica los medios.

La moralidad de los actos humanos dependen de tres elementos fundamentales:

El objeto del acto, que se elige y se realiza, visto desde un punto de vista moral.
Las circunstancias, en que lo realiza.
El fin que la persona se propone alcanzar, o la intención.
Estos tres elementos son los elementos constitutivos de la moralidad.

El objeto es la materia de un acto humano, si el objeto es malo, el acto será malo o ilícito, si el objeto es bueno, el acto será bueno, dependiendo de las circunstancias o el fin. Es el bien al cual deliberadamente tiende la voluntad. El acto depende fundamentalmente de la decisión, más que de las circunstancias. La acción de “hablar” puede tener varios objetos morales: se puede mentir, insultar, bendecir, alabar, difamar, calumniar, rezar, etc., puede ser un acto bueno o malo, dependiendo de lo que se hable.
Siempre hay que hacer el bien y evitar el mal. Hay que cumplir las normas morales siempre.

Las circunstancias, son los elementos secundarios que rodean la realización de un acto, pudiendo agravar o atenuar su moralidad. De hecho no pueden modificar la calidad de los actos. Son elementos secundarios de un acto moral. Ej. La cantidad de dinero robado, actuar por miedo a la muerte.


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Nota seleccionada para el  blog del Padre Fabián Barrera

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